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La Burbuja Japonesa de los Años 80

La burbuja japonesa de los años 80 es una de las más grandes y famosas de la historia. No solo genera curiosidad, sino también fascinación. En esa época se creía que Japón iba a convertirse en la potencia económica hegemónica. Y ante las sospechas de una burbuja, la respuesta era clara: esta vez es diferente.

Para los fans de las finanzas, es difícil no acordarse de la burbuja japonesa de los años 80 cuando se piensa en la economía nipona. Como veremos a continuación, alcanzó unas proporciones gigantescas. Y a pesar de que estallara hace ya 30 años, Japón sigue siendo la tercera potencia económica mundial.

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El contexto económico

Japón fue una de las potencias que perdió la segunda guerra mundial. Aparte de los bombardeos habituales, Japón también fue víctima de las dos únicas bombas atómicas que se han lanzado sobre la población civil. Hiroshima y Nagasaki fueron seguidas por la total capitulación del ejercito nipón.

Tras la guerra el país fue ocupado por tropas norteamericanas. Estados Unidos permitió la reconstrucción del país para ganar un aliado en la guerra fría. Y la economía japonesa se reorientó de la producción armamentística al desarrollo de nuevas industrias.

Sin embargo, el milagro económico japonés es en parte consecuencia de haber mantenido una economía de guerra. Se trataba de un sistema capitalista, pero con un alto grado de planificación central. Las autoridades decidían qué industrias debían priorizarse, y forzaban al sistema bancario a expandir el crédito disponible a las empresas de esos sectores.

Altas cantidades de capital en manos de empresas industriales permitieron a la economía crecer con mucha fuerza. Eso se hizo posible gracias a una fuerza laboral altamente cualificada y una sociedad que ensalzaba valores como el esfuerzo y el sacrificio. Además, se empezaron a implementar políticas de mejora continua en las empresas.

La creciente productividad del país hizo que Japón fuera capaz de empezar a exportar sus productos por todo el mundo. Ese crecimiento económico se veía reflejado en mayores beneficios empresariales y salarios al alza. No obstante, en lugar de aumentar el consumo de forma proporcional, la sociedad japonesa optaba por ahorrar gran parte de ese dinero. Eso facilitaba la disponibilidad de capital para que las empresas del país pudieran seguir creciendo.

Por si esto fuera poco, este círculo virtuoso se vio reforzado por el mayor boom demográfico que había tenido el país en su historia.

La economía creció por encima del 10% anual durante los años 60. Y se mantuvo por encima del 5% durante las dos siguientes décadas. Ese impresionante crecimiento hizo que Japón fuera ganándole terreno a la economía americana.

A mediados de los años 80, Japón superó a Estados Unidos en PIB per cápita. Las empresas japonesas dominaban muchos sectores, sobre todo aquellos que se veían de futuro, como la automoción y la electrónica. En Occidente se empezó a pensar que Japón se convertiría en la potencia económica hegemónica del futuro. Y empresas japonesas no solo expandían sus negocios por todo el mundo, sino que también se dedicaban a comprar empresas y activos en el extranjero.

Como curiosidad, la escuela Eton, donde estudia gran parte de la élite británica desde hace mucho tiempo, impartía clases de japonés a sus alumnos en los años 80. Y es muy interesante ver algunas películas americanas sobre el Japón de los años 80 y principios de los 90.

Qué causó la burbuja japonesa

Como en todas las burbujas, el ingrediente principal es la expansión del crédito. Desde principio de los años 80, el sector bancario japonés empezó a aumentar la cantidad de préstamos disponibles para la compra de bienes inmobiliarios. Se reducen los intereses, se relajan los criterios crediticios y se permite a la gente pedir más dinero prestado.

Al mismo tiempo, Japón está experimentando una expansión económica espectacular y el boom demográfico hace que la cantidad de gente en edad de empezar o expandir una familia esté en máximos históricos. Como ves, se juntan el hambre con las ganas de comer.

El PIB de la región metropolitana de Tokyo era más grande que el de Reino Unido, y similar al de toda la Unión Soviética.

Por si esto fuera poco, entra mucho dinero del extranjero para invertir en el mercado bursátil japonés. Todo el mundo quiere una porción en la nueva potencia económica. Eso sirve como impulso adicional para las empresas cotizadas en la bolsa de Tokyo y el índice Nikkei.

Como dato adicional, la burbuja japonesa tiene lugar al mismo tiempo que el yen japonés es una de las divisas más fuertes del mundo, reforzado por exportaciones récord.

La burbuja bursátil

Para analizar la burbuja bursátil japonesa, echaremos un vistazo al índice Nikkei. El Nikkei es un índice bursátil que sigue a 225 de las mayores empresas japonesas. Allí encontramos empresas como Honda, Sony, Mitsubishi o Panasonic.

Como ves, el crecimiento del mercado bursátil fue espectacular. El Nikkei alcanzó su máximo histórico el 29 de diciembre de 1989, en 38.957 puntos. En 1970 cotizaba por debajo de los 2.000 puntos. Entre 1971 y 1990, el índice tuvo un rendimiento anual del 17%.

Eso se traduce en multiplicar la inversión por 20 en apenas 19 años. Y eso es en yen japonés, una divisa que se estaba fortaleciendo año tras año.

Los rendimientos en dólares para un inversor norteamericano fueron del 22,7% anual (multiplicar la inversión por 50), y en libras esterlinas para un inversor británico del 25,3% (multiplicar la inversión por 73).

En 1989, Japón representaba un 47% en el índice bursátil mundial MSCI World (hoy en día representa el 7,5%). Estados Unidos representaba un 28% solamente (un 64,5% hoy en día).
El PER del Nikkei en 1989 era de 60 para todo el índice. Y debemos tener en cuenta que era una época de beneficios en máximos históricos.

9 de los 10 mayores bancos del mundo eran japoneses. La bolsa de Tokyo representaba un 50% de toda la capitalización bursátil mundial. Nueva York tan solo representaba un 25%. Y la tercera mayor bolsa del mundo era la de Osaka, que incluso había desplazado a la bolsa de Londres a la cuarta posición.

Si bien hablaremos del pinchazo de la burbuja en otro artículo, el Nikkei alcanzó su nivel más bajo post-burbuja en octubre de 2008, justo por debajo de los 7.000 puntos. Una caída acumulada de más del 81% a lo largo de casi dos décadas.

La burbuja inmobiliaria

Si la burbuja bursátil japonesa fue tremenda, la burbuja inmobiliaria fue muchísimo mayor. Entre 1956 y 1990, el precio de las oficinas en Japón se había multiplicado por 150. Y solamente en el periodo entre 1986 y 1990, los precios de las viviendas se multiplicaron por 2,5.

Enlace oficial

Para ponerlo en perspectiva, en el pico de la burbuja japonesa, el valor inmobiliario de todo Japón era 4 veces el valor inmobiliario de todo Estados Unidos. Como consecuencia de eso, corporaciones japonesas empezaron a comprar gran parte de los edificios más caros de Nueva York, Los Ángeles y San Francisco. Uno de ellos el Rockefeller Center.

El valor inmobiliario de los jardines imperiales de Tokyo, situados al lado del distrito de Ginza, uno de los más caros de la ciudad, se tasó por encima de todo el valor inmobiliario de California, en unos 5,1 billones de dólares en 1989 (lo que los americanos llamarían 5,1 trillones de dólares). Eso era tanto como el PIB de todo Japón ese año.

El valor de las oficinas en el distrito de Ginza era superior a todo el valor inmobiliario de Canadá. Para ponerlo en perspectiva, se dice que el edificio más caro que se compró en Ginza tuvo un precio de 1,5 millones de dólares por metro cuadrado. En 1989.

Mucha gente hizo fortunas increíbles. A finales de los años 80 había más de 20 clubes de golf en Japón en los que convertirse en socio costaba más de un millón de dólares, con los más exclusivos costando 4 millones.

Corre la anécdota de que para conseguir un taxi en uno de los distritos financieros de Tokyo a finales de los 80 había que pararlo con un billete de 10.000 yen en la mano (casi 100 dólares). Las empresas tenían que pagar bonuses muy atractivos e incluso unas vacaciones para atraer a licenciados que justo salían de la universidad. Y las vacaciones eran antes de empezar a trabajar.

Por qué se acabó la fiesta

Varias cosas hicieron que se acabara la fiesta. En primer lugar, debemos destacar que la burbuja japonesa fue de proporciones astronómicas. Pensar que podría haber continuado muchos años más es poco realista. Las valoraciones bursátiles e inmobiliarias ya eran extremas.

Sin embargo, fue el Banco de Japón el que le dio la estocada final a la burbuja japonesa. El mismo BOJ había estado reduciendo los tipos de interés a lo largo de la década de los 80, llevándolos desde el 9% en 1980 al 2,5% en 1987. No obstante, en 1989, los tipos se empezaron a subir para poner freno a la burbuja. Poco después los tipos llegaron al 6%.

Al mismo tiempo, los bancos redujeron de forma masiva el crédito disponible para la compra de bienes inmuebles.

Si bien la década que empezó en 1991 se conoce como la década pérdida, debido al bajo nivel de crecimiento, hay que remarcar un par cosas. En primer lugar, la economía japonesa consiguió mantener una tasa de paro extremadamente baja. En segundo lugar, gracias a la fortaleza de las exportaciones japonesas, que nunca perdieron su importancia, su divisa no solo no se debilitó durante los años 90, sino que de hecho se fortaleció.

A día de hoy, Japón continúa siendo la tercera economía mundial. La burbuja japonesa fue una gran lección para muchos. Se demostró que las reglas del juego seguían siendo las mismas que antes. Cuando nos encontramos en medio de una burbuja, es muy común escuchar a gente decir que “esta vez es diferente”. Casi nunca lo es.

Para algunos inversores y economistas de la época, independientemente de lo optimistas que fueran en cuanto al futuro de la economía japonesa, la burbuja era algo evidente. A nivel histórico, tan solo se puede comparar con la burbuja de 1929 en Estados Unidos.

Tokyo sigue siendo una de las ciudades más fascinantes del mundo. Y, como ya he dicho antes, es imposible no imaginarse lo que podría haber ocurrido en Ginza o Shinjuku hace 30 años cuando uno pasea por sus calles actualmente.

La cuestión que queda abierta es si esa época volverá a repetirse algún día.

Para quien quiera saber más sobre la burbuja japonesa, dejo el enlace a un documental excelente sobre el tema: Princes of the Yen (príncipes del yen). Trata sobre el rol del banco central de Japón y los políticos en la burbuja.

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Finanzas Claras

Publicado en Economía

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