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Inflación o Deflación – ¿Dónde Invertir?

Cualquiera de los dos escenarios es posible. De hecho, podríamos incluso experimentar los dos. Un periodo de deflación que lleva a los gobiernos a imprimir aún más dinero para combatirla, y que acaba desembocando en una fuerte inflación que ya no pueden controlar. Por este motivo, resulta clave saber cómo invertir sabiendo que podemos tener inflación o deflación.

Contenido

Introducción

En el artículo ¿Habrá Inflación o Deflación?, he analizado las fuerzas inflacionarias y deflacionarias que existen en la economía actual. Aquí veremos cómo se comportarían distintos tipos de activos en estos dos escenarios. Cuando hablemos de elevada inflación en este artículo, hablaremos de tasas altas para los niveles habituales de los países desarrollados, pero no nos referiremos a una hiperinflación.

Pase lo que pase, lo que sin duda estamos experimentando es una pérdida de confianza por parte de los inversores en las monedas fiat emitidas por los distintos países. Con la excepción de economías pequeñas como Suiza, cuya moneda siempre ha sido y es hoy en día símbolo de estabilidad, casi todas las monedas de las economías desarrolladas se encuentran en una fase en la que sus gobiernos y bancos centrales están imprimiendo (virtualmente) en cantidades gigantes.

Las divisas de muchos de los países emergentes están experimentado caídas de valor muy importantes. Esto se debe al riesgo de que una nueva crisis económica les afecte de forma muy grave.

Esta pérdida de confianza en las monedas de prácticamente todos los países la vamos a tener en cuenta a la hora de analizar el comportamiento que podemos esperar de nuestras inversiones.

Dónde podemos invertir

Vamos a fijarnos en los tipos de activos principales, sea en el formato que sea. Por ejemplo, cuando hablemos de acciones me referiré a las acciones individuales, fondos de inversión de acciones y fondos ETF de acciones.

Veremos el comportamiento de las siguientes inversiones en ambos escenarios para saber en cuáles debemos invertir:

1) Cash

El comportamiento del cash es totalmente binario, como resulta lógico. En un escenario de deflación, cash is king, puesto que con tu dinero vas a ser capaz de adquirir un mayor número de activos en el futuro. Por el contrario, el valor del dinero se ve reducido de forma dramática en un periodo de inflación elevada.

A largo plazo, invertir en cash no es buena opción, pero tener siempre algo de efectivo disponible es fundamental haya inflación o deflación.

2) Inmobiliario

El análisis del sector inmobiliario se puede hacer independientemente de si hablamos de bienes raíces con deuda hipotecaria o libres de deuda. La existencia de deuda tan solo magnifica los aspectos positivos y negativos de ambos escenarios.

Ante un periodo deflacionario, los bienes inmobiliarios perderían valor. Tales pérdidas serían más graves si su compra se hubiera financiado con una hipoteca elevada. Por el contrario, en un escenario de elevada inflación, los inmuebles se convierten en un bien real que sirve como refugio para los ahorros, con lo que su precio aumenta. Por si esto fuera poco, una inflación elevada reduciría de forma importante el valor de la deuda con la que hayamos financiado su compra, magnificando nuestros beneficios.

3) Acciones

Las acciones son un activo difícil de analizar, ya que hay muchos tipos de empresas. En principio la deflación es mala para el mercado bursátil. Esto se debe a que los ingresos y los beneficios se ven reducidos. Esto provocaría una caída generalizada del mercado bursátil que afectaría muy negativamente a las acciones de empresas altamente endeudadas.

En un periodo de fuerte inflación, las cotizaciones bursátiles subirían, con lo que podrían funcionar como refugio para los ahorros. Sin embargo, hay que matizar que las acciones se benefician de la inflación cuando ésta es moderada. En periodos de elevada inflación muchas empresas también sufren.

Algunos de los riesgos a los que podrían estar expuestas serían costes de producción más elevados, poca capacidad para subir sus precios (dependiendo de su sector), huelgas para exigir subidas salariales, y parones de la producción. Así pues, es muy probable que el mercado bursátil subiera menos que la Inflación.

4) Bonos soberanos a largo plazo

Nos centraremos en los bonos soberanos con poco riesgo crediticio. A pesar de que el rendimiento en la mayoría de éstos es insultantemente bajo o incluso negativo, representan el mercado más grande dentro del mundo de las finanzas, mucho mayor que el mercado bursátil.

Si experimentáramos deflación, esos bajísimos intereses nominales se convertirían en intereses reales muy positivos. Esto significa que los intereses serían mucho más altos que la subida de precios, que sería negativa. Esto sería muy bueno para los tenedores de estos bonos. Además, un periodo deflacionario probablemente llevaría a mayores medidas de estímulo, y los bancos centrales harían subir el precio de estos bonos para reducir aún más su interés.

Por el contrario, este tipo de bonos sería una inversión terrible si nos encontrásemos con elevada inflación. Haber comprado un bono a 30 años con un interés del 1% cuando la inflación se encuentra en el 10% haría que sufriésemos perdidas muy importantes.

5) Bonos corporativos

He incluido los bonos corporativos porque también representan un mercado muy grande. A nivel de riesgo, se encuentran entre las acciones y los bonos soberanos.

Mi análisis se centra en bonos corporativos de empresas con niveles de endeudamiento considerables, que son la mayoría. Los bonos de empresas muy solventes se suelen comportar como bonos soberanos.

Así pues, un periodo deflacionario sería muy negativo, ya que el endeudamiento de estas empresas en términos reales aumentaría, y llevaría a un elevado número de bancarrotas que causarían importantes pérdidas para sus bonistas (acreedores). Tan solo una acción muy agresiva por parte de los bancos centrales podría amortiguar parcialmente la sangría.

Por el contrario, un periodo de inflación alta sería relativamente positivo para estos bonos corporativos. Esto se debe a que, en términos reales, la carga de esa deuda se vería aligerada. A pesar de que los retornos serían probablemente inferiores a los de la inflación, los bonos corporativos servirían como forma relativamente aceptable para proteger los ahorros.

6) Oro y Metales Preciosos

Creo que el oro, junto con los demás metales preciosos como la plata, tiene unas características muy interesantes en la situación actual. Considerado un activo refugio para periodos de elevada inflación e incertidumbre, el oro ha sido uno de los activos con mejor rendimiento desde la crisis de 2008 como consecuencia de las inyecciones masivas de dinero.

De hecho, para muchos inversores, incluyendo los bancos centrales, el oro es el único dinero real que puede respaldar el valor del dinero a fiat a largo plazo. Esto hace que su precio tiende a subir cuando se expande la masa monetaria.

Por este motivo, si bien en un escenario deflacionario el oro no actuaría como protección contra la inflación, sí que serviría como valor refugio ante las aún mayores inyecciones monetarias y las reducciones adicionales en los tipos de interés. Todo esto llevaria a más demanda y mayor precio.

Por el contrario, en un escenario de fuerte inflación, unida a la ya inestable situación de los mercados financieros, el precio del oro se dispararía como un cohete. En tal escenario, además, la plata, mucho más barata que el oro, podría convertirse en el valor refugio de la mayor parte de la población que no puede permitirse comprar oro, con lo que su precio podría subir todavía más.
Como puedes ver, invertir en oro puede servir para enfrentarnos a la deflación y la inflación.

7) Commodities

El precio de bienes como el cobre, el aluminio, el café, el cacao o el trigo va muy ligado al volumen de actividad económica y a la inflación. Esto hace que se comporten de forma binaria, al igual que el dinero en efectivo, pero al revés.

Un periodo deflacionario, que probablemente iría de la mano de una recesión económica, sería muy negativo para el precio de las commodities. Por el contrario, un periodo de fuerte inflación haría que el precio de la mayoría de commodities subiera muchísimo, haciendo lucir su capacidad para proteger nuestro capital de la inflación.

Resumen

En la siguiente tabla he resumido cómo se comportarían todos estos activos en cada uno de los dos escenarios. Los he ordenado de mejor a menor, según como yo creo que se comportarían. También he usado colores para determinar si serían malas (rojo), aceptables (amarillo) o buenas inversiones (verde). Y verás que he añadido los dos escenarios cubiertos en el otro artículo: hiperflación e inflación moderada.

Como nadie sabe qué va a ocurrir en el futuro, es bueno que tengas presentes todos los escenarios que pueden ocurrir y posiciones tus inversiones de forma que maximices tus probabilidades de ganar. A modo de ejemplo, si tus inversiones estuvieran compuestas por oro, bienes inmobiliarios y mucho cash, probablemente acabarías en una situación muy positiva pasara lo que pasara.

Por último, quiero recordarte que es importante elegir tus inversiones con el objetivo de acabar ganando a largo plazo. Y debemos invertir sabiendo que puede haber inflación y deflación en el futuro. Una buena estrategia y persistencia son tus mejores bazas.

En este artículo analizo las inversiones en los otros dos escenarios alternativos: moderada inflación e hiperinflación:
¿Dónde Invertir en caso de Hiperinflación?

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Publicado en Economía

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