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Impuestos en Japón [2023] – Análisis Completo

Última actualización 7 de abril de 2023

Japón es la tercera economía más grande del mundo, y uno de los países más singulares. Aquí hacemos un análisis completo de los impuestos en Japón. Veremos qué fiscalidad existe para trabajadores, empresas, inversores y consumidores.

Contenido

Introducción

Tan solo por detrás de Estados Unidos y China, Japón se encuentra en tercera posición en el ranking de mayores economías del mundo. Se trata de uno de los países más avanzados. Y es también un país único, debido a su cultura y sus costumbres.

Si bien la situación demográfica del país no es óptima, ya que se está produciendo un envejecimiento y declive poblacional, Japón sigue siendo uno de los sitios más innovadores del planeta, con un sector tecnológico puntero.

Eso hace que siga siendo un país a tener en cuenta en el futuro, tanto para aquellos que quieran irse a vivir allí, visitar el país, o simplemente entender mejor cómo funciona su economía.

La capital, Tokio, se encuentra en el área metropolitana más poblada del plantea, con más de 37 millones de habitantes. También es la zona urbana con un producto interior bruto total más grande.

La divisa de Japón es el yen japonés (JPY), que es una de las monedas más fuertes del mundo. A lo largo de este artículo analizaremos los impuestos en el país asiático, fijándonos tanto en los importes originales en yen, como en euros. Para ello usaremos un tipo de cambio de 1 € = 125 ¥.

Coste de la vida

Japón no es un país excesivamente caro en general. Sin embargo, el coste de la vida si vivimos en Tokio no es bajo. Según DatosMundial.com, el coste de la vida en Japón es un 22,9% más alto que en España.

Eso contrasta con la situación vivida en los años 80, cuando el país nipón se encontraba en plena burbuja inmobiliaria y bursátil. Se dice que Tokio era, en esos tiempos, la ciudad más cara del mundo con diferencia.

No obstante, desde que la burbuja pinchara a principios de los años 90, el país apenas ha tenido inflación. Con lo que los precios actuales son muy similares a los de hace más de tres décadas. De hecho, los precios inmobiliarios en muchas zonas del país son más bajos de lo que eran entonces.

Impuestos sobre las rentas del trabajo

Empecemos nuestro análisis fijándonos en aquellos impuestos y cotizaciones sociales que gravan las rentas del trabajo.

Seguridad Social

La Seguridad Social en Japón se paga tanto por parte de la empresa como del trabajador, y va en función del salario y de la edad del empleado.

Está compuesta por 5 conceptos distintos: seguro médico, residencias para la gente mayor, pensiones, desempleo y accidentes laborales.

Algo curioso es que se pagan distintos porcentajes en función de si el trabajador tiene 39 o menos años, o 40 o más. La siguiente tabla incluye los porcentajes que se pagan por cada uno de estos conceptos, tanto por parte de la empresa como del trabajador, así como los importes máximos totales, en función de la edad:

Datos de Velocity Global

Como ves, los trabajadores menores de 40 años pagan alrededor del 15% de su salario bruto en concepto de seguridad social, con un importe máximo de unos 12.000€. La parte de la empresa ascenderá al 16% del salario bruto, sin formar parte del mismo, que deberá ser abonada directamente a la seguridad social japonesa, con importes máximos cerca de los 13.000€ anuales.

Para los trabajadores de 40 o más años, el porcentaje que se paga a la seguridad social en Japón asciende al 16%, y el importe máximo se sitúa en unos 13.000€ anuales. En el caso de la empresa, el porcentaje se situará cerca del 17% del salario bruto, con el importe máximo cerca de 14.000€ anuales.

La parte del salario bruto que está por encima de las bases máximas de la seguridad social tan solo está sujeta a los otros dos tipos de tributación sobre las rentas del trabajo: el impuesto nacional sobre la renta y su recargo, y el impuesto de residente.

Impuesto nacional sobre la renta (IRPF)

El impuesto nacional sobre la renta en Japón es similar al IRPF. Es un tipo de impuesto progresivo, que grava más duramente a las rentas más elevadas. El pago de este impuesto es para el gobierno central de Japón.

Algo muy importante es que el impuesto nacional sobre la renta no se calcula sobre todo el salario bruto, sino sobre la base imponible, la cual puede ser significativamente menor.

La base imponible se calcula a partir del salario bruto, pero es reducida por estos conceptos:

  1. Deducción básica de 480.000 yen anuales (3.840€): esta deducción se aplica a todas las rentas menores de 25 millones de yen (200.000€)
  2. Todos los pagos hechos por parte del trabajador a la seguridad social japonesa
  3. Deducciones varias por conceptos tales como seguro de vida, seguro contra terremotos, donaciones a organizaciones benéficas, tener dependientes a cargo o viudedad
  4. Deducción por Empleo, que sirve para compensar por los gastos asociados al trabajo, calculada en función del salario bruto del trabajador:

La siguiente tabla muestra cómo se calcula la Deducción por Empleo, según el salario bruto del trabajador:

Datos de la NTA japonesa

Así pues, si aplicamos todas estas deducciones, veremos que la base imponible sobre la que calculamos el impuesto nacional sobre la renta es significativamente menor que el salario bruto, especialmente para las rentas más bajas. Veamos cómo se reduce la base imponible para varios niveles salariales. En este caso tomamos de ejemplo a un trabajador de 39 años o menos que no usa ninguna deducción opcional:

Una vez hemos calculado la base imponible para el impuesto nacional sobre la renta en Japón, ya podemos echar un vistazo a los tramos impositivos que se usan. Hay un total de 7 tramos:

  • 0 a 1.950.000¥ (0 a 15.600€): 5%
  • 1.950.000 a 3.300.000¥ (15.600 a 26.400€): 10%
  • 3.300.000 a 6.950.000¥ (26.400 a 55.600€): 20%
  • 6.950.000 a 9.000.000¥ (55.600 a 72.000€): 23%
  • 9.000.000 a 18.000.000¥ (72.000 a 144.000€): 33%
  • 18.000.000 a 40.000.000¥ (144.000 a 320.000€): 40%
  • Más de 40.000.000¥ (más de 320.000€): 45%

Como puedes ver, las significativas deducciones aplicables a las rentas bajas y medias, junto con tipos impositivos bajos para las bases imponibles más pequeñas, hace que gran parte de la población en Japón pague muy poco en concepto de impuesto nacional sobre la renta.

Recargo adicional por tareas en Fukushima

Desde el año 2013, y hasta el año 2037, ambos inclusivos, se aplica un recargo adicional del 2,1% sobre el importe que toque pagar en concepto de impuesto nacional sobre la renta.

Este recargo, que en principio estará en vigor durante 25 años, sirve para financiar las tareas de reconstrucción derivadas del desastre nuclear que tuvo lugar en Fukushima en 2011.

Debemos tener en cuenta que este 2,1% se aplica sobre el importe a pagar en impuesto nacional de la renta, y no sobre la totalidad de la base imponible.

En otras palabras, si nuestro salario bruto es de 10 millones de yen (80.000€), la base imponible será de 6,36 millones de yen (50.926€), el importe a pagar en impuesto nacional sobre la renta resultará en 845.648 yen (6.765€), por lo que el recargo adicional será de tan solo 17.759 yen (142€).

Por lo que alguien con un salario bruto de 10 millones de yen pagará un tipo efectivo del 0,18% en concepto del recargo para tareas de recuperación en Fukushima.

En el siguiente apartado analizamos el último impuesto que grava las rentas del trabajo: el impuesto de residente.

Impuesto de residente

El impuesto de residente es un impuesto sobre la renta que se paga a las administraciones locales. Eso contrasta con el impuesto nacional sobre la renta, que se paga al gobierno central.

El impuesto de residente tiene un tipo fijo del 10%. Eso se corresponde con un 6% que va para el municipio del contribuyente, y un 4% para la prefectura, que es una institución similar a la provincia.

Cabe remarcar que este impuesto, al igual que el impuesto nacional sobre la renta, no se paga sobre la totalidad del salario bruto. Así pues, ese 10% se paga sobre la base imponible. La base imponible se calcula restando las siguientes deducciones del salario bruto:

  1. Deducción básica de 430.000 yen anuales (3.440€): esta deducción se aplica a todas las rentas menores de 25 millones de yen (200.000€)
  2. Pagos hechos a la seguridad social japonesa por parte del trabajador
  3. Deducciones varias por conceptos tales como seguro de vida, seguro contra terremotos, donaciones a organizaciones benéficas, tener dependientes a cargo o viudedad
  4. Al igual que en el impuesto nacional de la renta, Deducción por Empleo, para compensar los gastos asociados al trabajo, calculada en función del salario bruto del trabajador:

Así pues, veamos qué porcentajes representan la base imponible del impuesto de residente y el impuesto efectivo a pagar, sobre el salario bruto del trabajador, en función del nivel salarial:

Como ves, a pesar de que el tipo nominal del impuesto de residente en Japón sea del 10%, el porcentaje efectivo es de cerca del 4% para rentas bajas, y sube a medida que el salario crece, llegando a situarse por encima del 8% para las rentas más altas.

Otra cosa a destacar es que el impuesto de residente tan solo se paga si ya vivíamos en el país nipón el día 1 de enero de ese año. Esto significa que, si nos vamos a vivir a Japón, lo más probable es que no tengamos que pagar ese impuesto en nuestro primer año.

Fiscalidad total sobre las rentas del trabajo

De forma que podamos entender cuál es el nivel de tributación total que sufren los trabajadores en Japón, lo más útil es analizar qué porcentaje reciben del dinero que paga la empresa por emplearles.

Esto significa que debemos deducir los siguientes conceptos del coste laboral total de la empresa: seguridad social a cargo de la empresa, seguridad social a cargo del trabajador, impuesto nacional sobre la renta, recargo adicional por tareas de recuperación en Fukushima e impuesto de residente.

La siguiente tabla incluye todos estos cálculos, para distintos niveles salariales. Los cálculos se refieren a un trabajador de 39 años o menos, y que no utiliza ninguna deducción opcional, más allá de las que se aplican a todos los trabajadores:

Veamos los mismos datos en euros, de forma que podamos entender mejor qué tributación aplica a cada uno de los salarios:

Por último, veamos los mismos datos de forma gráfica. Esto nos permitirá ver qué porcentaje llega al bolsillo (o la cuenta) del trabajador, respecto a lo que la empresa se gasta por emplearle:

Como podemos apreciar en el gráfico, un trabajador en Japón recibe entre el 70 y el 50% del coste total de la empresa por emplearle. Así pues, el nivel de carga fiscal es similar al de otros países desarrollados, si bien las rentas medias están ligeramente mejor tratadas que en otros sitios.

Impuestos al ahorro y las rentas del capital

Ahora que ya hemos visto cómo se gravan las rentas del trabajo en Japón, echemos un vistazo a los impuestos que deberíamos pagar por las rentas del capital y del ahorro que consigamos:

Dividendos e intereses

Los dividendos e intereses que cobremos mientras residamos en Japón están sujetos a tipos impositivos más bajos que las rentas del trabajo. Los tipos aplicables del impuesto nacional sobre la renta y del impuesto de residente son los siguientes:

  • Impuesto nacional sobre la renta: 15%, con un recargo adicional del 2,1% sobre el importe a pagar para hacer frente a los gastos derivados del terremoto de 2011
  • Impuesto de residente: 5%

Como consecuencia, el tipo total aplicable a estos ingresos es del 20,315%.

Alquileres (rentas inmobiliarias)

Las rentas inmobiliarias que consigamos en Japón también están sujetas a impuestos. Obviamente, tan solo vamos a tener que pagar impuestos por la diferencia entre los alquileres cobrados y los gastos asociados a esos inmuebles.

De hecho, Japón es un país bastante generoso en cuanto a los gastos que podemos deducirnos a la hora de calcular estos impuestos. Además de los gastos habituales, como reparaciones, tasas, seguros o intereses hipotecarios, Japón también nos permite reducir la base imponible con porcentajes de amortización sobre el inmueble.

La base imponible final se sumará al resto de nuestras rentas (incluyendo la base imponible sobre las rentas del trabajo) y estará sujeta al impuesto nacional sobre la renta y al impuesto de residente, a los mismos tipos impositivos. Recordemos que éstos van, de forma combinada, del 15% (por rentas de hasta 1,95 millones de yen) al 55% (por rentas superiores a los 40 millones).

Ganancias de capital (plusvalías)

Los primeros 500.000 yen (4.000€) anuales que consigamos con plusvalías están exentos de impuestos. A partir de ahí tendremos que pagar el impuesto nacional sobre la renta, el recargo adicional y el impuesto de residente.

Sin embargo, los porcentajes aplicables dependerán de la fuente de esas plusvalías, así como la cantidad de tiempo que hayamos poseído esos activos antes de venderlos.

Las plusvalías conseguidas con instrumentos financieros, como acciones, independientemente de cuándo los hayamos comprado, tributarán a los siguientes tipos impositivos:

  • Impuesto nacional sobre la renta: 15%, con un recargo adicional del 2,1% sobre el importe a pagar
  • Impuesto de residente: 5%

Por este motivo, este tipo de plusvalías tributará a un tipo agregado del 20,315%.

Por su lado, las ganancias que tengamos con la compra y venta de inmuebles se gravarán a tipos distintos, en función del tiempo que hayamos sido propietarios de esos activos.

Si hemos sido propietarios de un inmueble durante al menos 5 años antes de la venta del mismo, la ganancia conseguida se gravará de la misma forma que las ganancias provenientes de instrumentos financieros. Es decir, a un tipo agregado del 20,315%.

No obstante, si hemos sido propietarios de un inmueble durante menos de 5 años y conseguimos una plusvalía, los siguientes tipos serán usados:

  • Impuesto nacional sobre la renta: 30%, con un recargo adicional del 2,1% sobre el importe a pagar
  • Impuesto de residente: 9%

Esto significa que el tipo final aplicable sería del 39,63%.

IVA

Japón grava el consumo de bienes y servicios con impuestos indirectos, equivalentes al IVA de los países europeos, si bien las tasas son significativamente menores. El IVA en Japón tiene dos tramos distintos.

El tipo general del IVA en Japón es del 10%, y es aplicable a la práctica mayoría de bienes y servicios. Este tipo está en vigor desde octubre de 2019. Anteriormente era más bajo.

De hecho, el país nipón no tuvo ningún tipo de impuesto al consumo hasta 1989, cuando se introdujo el IVA con un tipo del 3%. En 1997, el impuesto se incrementó al 5% y, posteriormente, en el año 2014, subió al 8%.

El tipo reducido del IVA en Japón es del 8%. Este tipo reducido se aplica a la comida, las bebidas y la prensa.

Cabe destacar que, si vas a Japón de turismo, algunos establecimientos comerciales te permitirán pedir que te devuelvan lo que has pagado en concepto de IVA. Esto es normal, y se debe a que, ley en mano, es un impuesto que tan solo deben pagar los residentes en el país.

Impuestos inmobiliarios

Veremos dos tipos de impuestos inmobiliarios: los que pagaremos una vez, al comprar un inmueble, y los que tendremos que pagar cada año como propietarios del mismo.

Impuestos a la compra de una vivienda

Si queremos comprar un piso o una casa en Japón, vamos a tener que pagar impuestos. En este sentido, tendremos que hacer frente tanto a impuestos nacionales como municipales.

El impuesto de registro de transacciones inmobiliarias es un impuesto nacional. Este impuesto grava la compra de un inmueble con un tipo del 2,4% para nuevas viviendas y del 4% para viviendas de segunda mano. Sin embargo, estos porcentajes no se calculan sobre la totalidad del precio de compra, sino sobre el valor asumido por las autoridades, que ronda el 50-70% del importe de la transacción.

Además, si hemos financiado la compra de un inmueble con un préstamo hipotecario, también hay que registrar los documentos correspondientes y pagar impuestos por ello. El impuesto en este caso es del 0,4% sobre el valor del préstamo.

Respecto al impuesto municipal, éste recibe el nombre de impuesto sobre adquisiciones inmobiliarias. Se carga un 3% sobre el valor de la vivienda menos una deducción que depende de la fecha de construcción del inmueble. Para viviendas construidas a partir de 1997, la deducción es de 12 millones de yen (96.000€). Sin embargo, la deducción es menor para viviendas más antiguas.

Así pues, en función del tipo de inmueble (vivienda nueva o de segunda mano), de la tasación hecha por parte de las autoridades, de si usamos deuda hipotecaria o no, y de la fecha de construcción, el tipo combinado para impuestos nacionales y municipales se situará entre el 3,2% y el 6% del valor de la compra.

Impuestos a la propiedad inmobiliaria

Al mismo tiempo, la posesión de un inmueble también va a acompañada de impuestos, similares al IBI que existe en España.

Por un lado, hay que pagar un impuesto municipal del 1,4% sobre el valor imponible. Y, por el otro lado, tenemos un impuesto a nivel de distrito, del 0,3%. Cabe remarcar que este 1,7% tan solo se aplica sobre el valor imponible, y no sobre la totalidad del valor de la vivienda.

El valor imponible es el valor de mercado del inmueble menos una deducción. En el caso de inmuebles de menos de 200 metros cuadrados (la mayoría en Japón), la deducción es de una sexta parte, llevando el tipo efectivo combinado al 1,42%.

En el caso de inmuebles de más de 200 metros cuadrados, la deducción aplicable es de un tercio del valor del inmueble. Esto significa que el tipo efectivo combinado es del 1,13%.

Impuesto de Sociedades

Los beneficios empresariales en Japón están gravados con una serie de impuestos que dependen del importe de esos beneficios y del tipo de empresa. Además, estos impuestos son para administraciones distintas. Veamos las 5 figuras tributarias existentes:

  1. En primer lugar, tenemos el impuesto nacional sobre corporaciones, que es un impuesto nacional que grava los beneficios empresariales. Los primeros 8 millones de yen (64.000€) se gravan al 15%. El importe que supere esa cantidad, se grava al 23,2%.
  2. Posteriormente tenemos el impuesto local sobre corporaciones, que es del 10,3% sobre lo que toque pagar en concepto de impuesto nacional sobre corporaciones. Esto significa que el tipo efectivo se sitúa entre el 1,545 y el 2,39%.
  3. El impuesto local especial es otro impuesto municipal. El tipo es del 2,6% para las empresas de mayor tamaño y con más beneficios. Pero es menor para empresas pequeñas y medianas.
  4. El impuesto empresarial es un impuesto que se paga a la prefectura, o prefecturas si operamos en varias al mismo tiempo. El tipo aplicable varía en función de la empresa. Para empresas grandes es del 1,18%, y para corporaciones de menor tamaño, el tipo se reduce.
  5. Por último, también tenemos el impuesto de residente aplicable a empresas. Este tipo varía en función del municipio y prefectura en los que la empresa esté presente. Los tipos van del 7% al 10,4% sobre el importe a pagar en concepto de impuesto nacional sobre corporaciones. Esto significa que el tipo efectivo está entre el 1,05 y el 2,41%.

Así pues, si sumamos todos los impuestos aplicables a los beneficios empresariales en Japón, llegaremos a la conclusión de que el nivel de tributación total suele situarse en un rango del 30-34%.

Mención especial reciben aquellas empresas familiares que decidan no distribuir parte de sus beneficios como dividendos, sino dejarlos en el negocio. Para este tipo de empresas, en función de su tamaño y su localización, el tipo efectivo se situará entre un 10-20% de los beneficios obtenidos.

Conclusión

Como has podido ver a lo largo de este análisis, Japón es un país con un nivel de impuestos relativamente alto. De hecho, no se diferencia demasiado del resto de países desarrollados.

Esto significa que probablemente no es el sitio al que querrás ir si tu objetivo es solamente ahorrar en impuestos. Sin embargo, Japón tiene muchas cosas que ofrecer, incluyendo algunas oportunidades profesionales increíbles.

Y se trata de uno de los sitios más característicos del mundo, con una gastronomía excelente. Por si esto fuera poco, el país nipón impresiona por su eficiencia, sus trenes siempre puntuales, criminalidad inexistente y la limpieza de sus ciudades.

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