Saltar al contenido →

Impuestos en Francia [2023] – Análisis Completo

Última actualización 7 de abril de 2023

Francia es un país famoso por sus altos impuestos. ¿Pero está justificada esa reputación? En este artículo hacemos un análisis detallado de los impuestos más importantes en Francia. Veremos lo que pagan trabajadores y empresas, lo que cuesta el IVA y los impuestos inmobiliarios.

Contenido

Introducción

Considerada la séptima economía más grande del mundo, y la segunda en la Unión Europea, Francia es un país con muchos puntos fuertes. Y también es un país que goza de mucha calidad de vida. Por lo que es un sitio apetecible para mucha gente.

Sin embargo, el país galo también es famoso por su excesiva fiscalidad. Por este motivo resulta tan importante familiarizarse con los aspectos más importantes del sistema fiscal de un país. Hacerlo nos permitirá entender por qué las cosas son como son.

Debido a que gran parte de los lectores son españoles, mucha gente irá haciendo comparaciones con España, consciente o inconscientemente. Así pues, una comparación que podemos hacer antes de empezar a hablar sobre los impuestos en Francia, es la del coste de la vida en ambos países.

Según DatosMundial.com, el coste de la vida en Francia es un 16% superior que en España. Esto nos servirá como referencia cuando veamos qué salarios reciben los trabajadores, y a qué tipo de fiscalidad efectiva deben hacer frente.

Empezaremos nuestro análisis viendo los impuestos sobre las rentas del trabajo en Francia.

Impuestos sobre las rentas del trabajo

Las rentas del trabajo en Francia están sujetas a 4 figuras fiscales distintas. Por un lado, tenemos la seguridad social a cargo de la empresa, que nuestro empleador debe pagar por encima de nuestro salario bruto. Y, obviamente, la seguridad social a cargo del trabajador, que reduce nuestro salario bruto.

Por el otro lado, y a diferencia de la mayoría de países, Francia tiene dos tipos de impuestos sobre la renta. De alguna forma podemos decir que el IRPF en Francia está dividido en dos.

En primer lugar, tenemos los cargos sociales, un impuesto de porcentaje fijo que no debe ser confundido con la seguridad social, y que pagan incluso las rentas más bajas.

Y, en segundo lugar, tenemos el impuesto de la renta, el cual es progresivo y depende del nivel de ingresos del trabajador.

Veamos cómo funcionan.

Seguridad Social a cargo de la empresa

Las contribuciones que deben hacer las empresas a la seguridad social francesa son de las más onerosas del mundo. Lo cierto es que hay 12 conceptos principales por los que las empresas deben pagar contribuciones sociales.

Los pagos a la seguridad social francesa cubren cosas como el seguro de salud, accidentes laborales, desempleo, formación profesional, aprendizaje y, obviamente, jubilación. Cada uno de estos conceptos tiene sus propias tasas, importes mínimos y máximos.

La manera más sencilla de ver qué porcentaje pagan las empresas en concepto de seguridad social es analizar directamente el importe aplicable en función del salario bruto del trabajador. Como regla general, éstas son de alrededor del 40%.

La siguiente tabla muestra precisamente esa información. El salario mínimo en Francia para 2023 es de 1.709€ brutos anuales para trabajadores a jornada completa, lo que se corresponde a unos 20.508€ anuales. Tal cantidad apenas está sujeta a cotizaciones sociales por parte de la empresa. No obstante, para un salario ligeramente más alto, el porcentaje ya se sitúa en prácticamente el 40%.

De hecho, para rentas medias y medias-altas, el porcentaje es superior al 40%. Debemos irnos a las rentas más altas para encontrar las bases máximas, haciendo que el porcentaje disminuya ligeramente:

Piensa que en España el porcentaje se sitúa en el 34%, pero solamente se paga sobre los primeros 53.946€ de salario bruto. Todo importe superior a esa cifra está exento de pagos a la seguridad social. En este sentido, no hay duda de por qué crear puestos de trabajo en Francia resulta tan caro. Sobre todo, en comparación con países como Reino Unido o Irlanda.

Además de las empresas, los trabajadores en Francia también deben hacer pagos importantes a la seguridad social. Esto lo vemos en la siguiente sección.

Seguridad Social a cargo del trabajador

La seguridad social francesa impone una serie de cargos a los trabajadores. La mayoría de ellos están relacionados con el sistema de pensiones del país. Así pues, para el sistema general de pensiones público hay dos cargos: un 6,9% del salario bruto con una base máxima de 3.666€ mensuales (43.992€ anuales) y un 0,4% sobre el total del salario bruto.

Adicionalmente, hay que hacer contribuciones adicionales para el sistema de pensiones ARRCO-AGIRC. Éste sirve para complementar las pensiones que se pagan con las contribuciones a la seguridad social. Estos pagos son del 3,15% del salario, hasta los 3.666€ mensuales (43.992€ anuales), y del 8,64% por la parte del salario mensual bruto entre los 3.666€ y los 29.328€ (351.936€ anuales).

Y, por si esto fuera poco, en 2019 se introdujo un cargo adicional: las contribuciones para el equilibrio general del sistema de pensiones. Los primeros 3.428€ mensuales se gravan al 0,86%, y el importe entre 3.428 y 29.328€ al 1,08%.

La siguiente tabla resume todos los pagos que deben hacer los trabajadores a la seguridad social en Francia. También verás los importes máximos que pueden llegar a pagarse por cada concepto:

Datos originales de Cleiss actualizados por Finanzas Claras

En el siguiente apartado analizamos un tipo de impuesto sobre la renta que es exclusivo en Francia: los cargos sociales. Éstos son adicionales a las contribuciones a la seguridad social.

Cargos sociales

Los cargos sociales son impuestos que se gravan sobre las rentas. Estos impuestos tienen un tipo fijo, es decir, todo el mundo paga el mismo porcentaje, al contrario que en un impuesto progresivo, donde el tipo impositivo aumenta en función del nivel de ingresos.

En este apartado hablaremos sobre los tipos aplicables a las rentas del trabajo. En otra sección veremos los tipos aplicables a las rentas del capital.

A pesar de su nombre como “cargo social”, este impuesto no forma parte del sistema de la seguridad social francesa. Esto significa que no genera derechos a cobrar de la misma en el futuro. Los ingresos provenientes de cargos sociales se suelen destinar a servicios como la sanidad o las prestaciones por desempleo.

Para las rentas del trabajo, hay dos contribuciones sociales aplicables. En primer lugar, la contribution sociale généralisée, conocida como CSG, tiene 4 niveles distintos, en función de cuánto ganamos, y se aplica a todos los ingresos anuales, a partir del primer euro y sin límite.

Los 4 tipos aplicables son del 0%, para les rentas más bajas, subiendo al 3,8%, 6,6% y un máximo del 8,3%.

En segundo lugar, también se paga un segundo cargo conocido como Contribution au Remboursement de la Dette Sociale (CRDS), del 0,5% sobre los ingresos anuales.

Así pues, las contribuciones sociales pueden llegar a costar al trabajador el 8,8% de su salario bruto, sin ningún tipo de límite. Además, no hay importes exentos ni deducciones, por lo que todas las rentas, tanto las más bajas como las más altas, deben hacer frente a este impuesto.

Impuesto de la renta

Por último, después de pagar las contribuciones a la seguridad social y los cargos sociales, las rentas del trabajo están sujetas al impuesto de la renta, conocido como impôt sur le revenu. A pesar de que podamos pensar que este impuesto es el homólogo del IRPF en Francia, lo correcto es tener en cuenta tanto los cargos sociales como el impuesto de la renta.

De hecho, el impuesto de la renta es quizás el menos oneroso de los que gravan las rentas del trabajo. Especialmente para rentas bajas y medias. A fin de cuentas, tan solo la mitad de los trabajadores en Francia paga este impuesto.

La base imponible para el impuesto de la renta es el salario bruto menos lo que el trabajador haya pagado en concepto de seguridad social. Y esta base imponible es reducida en un 10%, como concesión por gastos relacionados con el trabajo, hasta una rebaja máxima de 13.333€.

El importe restante está sujeto a los siguientes 7 tramos para 2023:

  • 0 a 10.777€: 0%
  • 10.777 a 27.478€: 11%
  • 27.478 a 78.570€: 30%
  • 78.750 a 168.994€: 41%
  • 168.994 a 250.000€: 45%
  • 250.000 a 500.000€: 48% (3% extra por encima del 45%)
  • Más de 500.000€: 49% (4% extra por encima del 45%)

Los tramos adicionales del 3% y 4% por encima de 250.000 y 500.000€, respectivamente, fueron introducidos recientemente. Llevan el nombre de Contribution Exceptionnelle sur les Hauts Revenus, y hacen que Francia tenga uno de los tipos impositivos marginales sobre la renta más altos del mundo.

Cabe destacar que, debido a la deducción personal, los primeros 16.140€ para una persona soltera y sin hijos están exentos de impuestos. Para una familia con dos hijos, el importe exento para toda la familia aumentaría hasta los 40.790€.

Además, otra ventaja de la que gozan las familias es que el impuesto sobre la renta no se calcula para cada adulto de forma separada. De hecho, los ingresos se combinan y se dividen entre las “partes” de la familia. Los adultos cuentan como “una parte” y los hijos como “media parte”.

Por lo que una familia con 2 adultos y 2 hijos serían 3 partes. En caso de que los ingresos totales de la familia fueran de 100.000€ brutos, esta cantidad se dividiría entre 3 (33.333€), y se calcularían impuestos sobre este importe. Obviamente el importe resultante se multiplicaría entonces por 3. Pero es más barato pagar 3 veces los impuestos sobre 33.333€ que una vez los impuestos sobre 100.000€, debido a la progresividad.

En el siguiente apartado analizamos el salario neto final que recibe el trabajador después de pagar seguridad social, cargos sociales e impuesto de la renta.

Salario neto en función del salario bruto (tributación total)

La forma más sencilla de ver el nivel de tributación total es ver qué porcentaje se paga en impuestos y qué porcentaje recibe el trabajador, del dinero que paga la empresa por emplearle.

Así pues, de los gastos totales que tenga la empresa, restaremos la seguridad social a cargo de la empresa, la seguridad social a cargo del trabajador, los cargos sociales y los impuestos de la renta.

Esto nos permitirá ver que el nivel de fiscalidad en Francia es extremadamente alto. La siguiente tabla muestra el salario bruto y neto anual, en función de los costes totales de la empresa. También vemos el nivel de tributación real:

Datos del Ministerio de Trabajo

Como ves, el nivel de impuestos que se pagan por las rentas del trabajo es exorbitante. Hay dos formas de expresar esta problemática: los trabajadores pagan muchos impuestos, y para las empresas emplear a gente sale muy caro.

Alguien cobrando cerca del salario mínimo francés paga alrededor del 13% en impuestos. Las rentas medias-bajas ya pagan casi la mitad en impuestos. Las medias y medias-altas más del 50%. Y las rentas altas llegan a pagar casi dos tercios de sus ingresos al Estado. Es un sistema progresivo, sí, pero donde todos los que contribuyen salen mal parados.

El siguiente gráfico nos muestra cuántos céntimos recibe el trabajador por cada euro que paga la empresa por emplearle, en función de los costes totales:

En el siguiente apartado vemos qué tratamiento fiscal reciben las rentas del capital en Francia.

Impuestos sobre las rentas del capital

La otra forma de ganar dinero y aumentar nuestro patrimonio, aparte de con las rentas del trabajo, es mediante las rentas del capital. Veamos qué tratamiento fiscal reciben en Francia:

Dividendos, intereses y plusvalías

Las rentas que recibamos en forma de dividendos e intereses, así como las plusvalías realizadas con nuestras inversiones, están sujetas a un tipo impositivo fijo del 30%. Este porcentaje se desglosa en un 12,8% en impuesto de la renta y un 17,2% como cargos sociales.

Sin embargo, dividendos recibidos por parte de ciertas empresas consideradas demasiado rentables, pueden ser gravados al 35%.

Los contribuyentes con ingresos totales superiores a los 250.000€ anuales también deben pagar un cargo adicional del 3% (Contribution Exceptionnelle sur les Hauts Revenus), haciendo que su tipo efectivo aumente hasta el 33%.

En el caso de aquellos contribuyentes con rentas totales superiores a los 500.000€, el cargo adicional será del 4%, llevando el tipo efectivo sobre las rentas del capital hasta el 34%.

Hay que decir que aquellos contribuyentes que tan solo reciban rentas del capital, y éstas sean bajas, pueden optar por tributar según los tipos aplicables para las rentas del trabajo. Eso puede ser beneficioso en aquellos casos en los que la suma del impuesto de la renta y de los cargos sociales acabe siendo inferior al 30%.

Alquileres (rentas inmobiliarias)

Los ingresos que consigamos en concepto de alquileres en Francia reciben un tratamiento fiscal distinto que los dividendos o los intereses. Así pues, las rentas inmobiliarias netas, después de restar los gastos asociados a la posesión y el mantenimiento de un inmueble, están sujetas a los mismos tipos impositivos que las rentas del capital.

Esto significa que, para aquellos contribuyentes con rentas medianamente altas, las rentas inmobiliarias acaban pagando impuestos más elevados que las que consigamos con otros tipos de inversiones.

Impuestos sobre el patrimonio inmobiliario

Hasta 2018, Francia tenía un impuesto sobre el patrimonio, muy similar al que existe en España. No obstante, desde la reforma que tuvo lugar ese año, el impuesto tan solo grava el patrimonio inmobiliario. Se llama Impôt sur la fortune immobilière.

El impuesto debe ser pagado por todos aquellos contribuyentes cuyo patrimonio inmobiliario esté valorado (por el Estado francés) en más de 1,3 millones de euros.

Si nuestro patrimonio inmobiliario está por encima de esa cifra, los primeros 800.000€ están exentos de impuestos. A partir de ahí, y hasta los 10 millones, el impuesto será del 0,5% sobre el valor de los inmuebles. Todo lo que supere los 10 millones de euros se gravará al 1,5%.

Además, hay que tener en cuenta que este impuesto se calcula teniendo en cuenta todas las propiedades inmobiliarias, independientemente de si éstas están en Francia o en el extranjero.

Impuestos sobre la compra de una vivienda

La compra de una vivienda es la inversión más importante para la gran mayoría de la gente. Y conocer los impuestos que van asociados a la misma es importante. En Francia éstos varían en función de si la vivienda es nueva o de segunda mano.

Para las viviendas de segunda mano en la mayoría de departamentos (provincias) en Francia, el comprador debe pagar el 5,80% del importe del inmueble en impuestos del registro. En una pequeña minoría de departamentos, el impuesto asciende solamente al 5,09%.

En el caso de comprar una vivienda nueva, el comprador debe pagar el 20% en concepto de IVA, y el 0,7% en impuestos del registro inmobiliario.

Además, si bien los gastos notariales son para los notarios, éstos están regulados por el gobierno. El importe de los mismos varía en función del importe del inmueble, siendo el porcentaje menor cuanto más alto sea el precio de compra. Por regla general, los gastos notariales suelen ser de algo menos del 1% del valor de la transacción.

IVA

El IVA en Francia, conocido como Taxe sur la valeur ajoutée (TVA), grava el consumo de bienes y servicios. Es uno de los impuestos con mayor recaudación total. Al igual que en otros países, el IVA en Francia tiene distintos tramos, lo cual significa que no todos los productos están sujetos a los mismos impuestos.

La siguiente tabla muestra todos los tipos del IVA francés, desde el general del 20% hasta el exento, así como los productos más importantes para cada categoría:

Datos de Avalara

Así pues, el IVA en Francia está muy en línea con lo que podemos encontrar en la mayoría de países europeos.

Impuesto de Sociedades

El impuesto de sociedades grava los beneficios empresariales. Y Francia está considerada uno de los países más onerosos para las empresas. Recuerda que la seguridad social a cargo de la empresa suele rondar o superar el 40% del salario bruto de un trabajador, incluso para rentas altas.

Respecto al impuesto de sociedades, hay dos tipos aplicables: uno para empresas grandes y medianas, y otro para empresas pequeñas.

Las empresas con un beneficio superior a los 763.000€ anuales están sujetas a un tipo del 28,3%. Aquellas con beneficios inferiores a esa cifra deberán pagar un 25% en concepto de impuesto de sociedades.

Situación de las finanzas públicas francesas

Antes de concluir este análisis, debemos echar un vistazo al estado de las finanzas públicas en Francia. Ya hemos visto que los impuestos son elevados. Trabajadores, consumidores, ahorradores y empresas, todos ellos están sujetos a una fiscalidad muy fuerte. La cuestión es ver si el gobierno francés es capaz de cubrir todos sus gastos con tal nivel de ingresos.

Para ello lo más útil es echar un vistazo al nivel de deuda pública. Esto nos indica dónde se encuentra el país en la actualidad, y qué tendencia histórica lleva.

El siguiente gráfico muestra el nivel de deuda pública en Francia desde el 1980, con respecto al tamaño de la economía:

Como podemos ver, la deuda no ha dejado de aumentar en las últimas cuatro décadas, más allá de pequeños periodos en los que simplemente se ha estancado. El nivel de deuda actual es muy elevado, y ya ha superado el 120% del PIB.

Lo preocupante, obviamente, es que la tendencia es claramente alcista, y eso en un país que ya tiene un nivel de fiscalidad muy alto. De hecho, según The Heritage Foundation, Francia cerró el año 2022 como el segundo país con mayor presión fiscal del mundo, en el 45,4%.

Como podemos ver en la tabla a continuación, el nivel de recaudación en Francia es significativamente más elevado que en los otros grandes países de Europa:

Datos de The Heritage Foundation

Francia tiene claramente un problema de gasto público. Un dato interesante es que el gobierno francés experimentó su último superávit fiscal a principios de los años 70.

Esto significa que Francia deberá tomar medidas duras en el futuro. Lo más probable es que los recortes del gasto sean necesarios. Y eso puede venir de la mano de problemas políticos y sociales.

Conclusión

Francia es un país con impuestos altos. De hecho, su fiscalidad es probablemente más elevada que la de los países escandinavos. Pero, a diferencia de ellos, el gobierno francés está altamente endeudado, y la economía francesa es poco dinámica.

Si te estás planteando emigrar a Francia, los impuestos no son el punto fuerte. No obstante, si dejamos este aspecto de lado, es un país en el que se puede vivir muy bien.

Espero que hayas encontrado este análisis útil. Si es así, te animo a que te suscribas a mi newsletter:
Finanzas Claras

Y si quieres leer más artículos relacionados con la economía y los impuestos de otros países, echa un vistazo a la siguiente sección:
Economía

Publicado en Impuestos

Los comentarios están cerrados.